Las radiografías dentales pueden ser de muy diversos tipos en función del problema o la dolencia que se haya detectado, y también de la localización de ese problema o patología. Conocer esos tipos de radiografías puede ser de gran ayuda para saber cómo podemos tener detectada una anomalía, molestia, o enfermedad. Ello, a su vez, es fundamental para que el especialista pueda empezar a actuar en consecuencia, y a aplicarnos una determinada terapia.
Con la técnica radiológica, es posible ver no solamente los dientes, sino también apreciar el estado de estos y también de las restauraciones dentales, como por ejemplo los empastes.
La radiografía dental: sus usos
Las radiografías pueden mostrar varios aspectos indispensables para un adecuado diagnóstico de la salud bucodental:
- Caries en las piezas dentarias, por la observación y apreciación de cavidades en estas.
- Enfermedades de índole periodontal, localizadas en las encías, y que deben ser detectadas lo antes posible, porque ponen en grave peligro la estabilidad y permanencia del diente que bajo ellos se aloja.
- Abscesos, o erupción o crecimiento anormal del diente o de las muelas del juicio (que tantos problemas suelen crear a los pacientes adultos), tales como quistes o tumores.
- Por supuesto, también muestran cómo se encuentran los dientes que no han podido erupcionar o brotar, así como su estado, por ejemplo, cuando han sufrido un impacto.
Este tipo de pruebas radiológicas se deben hacer con una determinada frecuencia. Pero ello depende de varios factores:
- La necesidad y la mayor capacidad de detectar los problemas cuanto antes, de la forma más precoz posible, para prevenirlos y combatirlos antes de que hayan podido avanzar y agravarse más.
- Condiciones de salud bucodental específicas de cada paciente.
- El grado de gravedad de los problemas de salud bucodental que cada paciente sufra.
- Además, las radiografías dentales se realizan también en función del área concreta de la cavidad bucal que ha de ser explorada. Evidentemente, si esta área presenta especiales dificultades para una exploración clínica, digamos, rutinaria, entonces lo necesario en estos casos es recurrir a la exploración radiológica.
Tipos de radiografías
Dentro de las varias pruebas de esta índole que hemos de realizarnos cara a un mejor conocimiento y un adecuado diagnóstico de nuestros problemas dentales, podemos encontrar los siguientes tipos:
- Las radiografías de aleta mordida (bitewings), también conocidas como interproximales. Se trata de un tipo de pruebas que puede mostrar la línea de los dientes y la profundidad a que se hallan enraizados, por lo que son las idóneas para diagnosticar enfermedades gingivales y periodontales. Para llevar a cabo esta radiografía, el paciente ha de morder un cartón, colocado sobre la lengua y entre los arcos dentarios. Puede hacerse con una frecuencia de seis meses.
- Serie completa o full set. Muestra todas las piezas dentarias y todo el hueso de que se hallan rodeadas, lo que ayuda decisivamente a localizar tumores y abscesos. Consta de entre 14 y 20 radiografías individuales, y puede hacerse en la primera visita del paciente, para conocer en perspectiva el estado de salud bucodental y de sus arcos dentarios.
- Panorámica, completa o Panorex. Este tipo de radiografía se realiza sin insertar la placa radiográfica en el interior de la cavidad bucal, y ofrece, como su propio nombre indica, una panorámica de toda la boca. Es muy útil para mostrar dientes que han sufrido impactos y estructuras ocultas.
- Periapical. Es una prueba radiológica muy simple, que se aplica para radiografiar un punto concreto cuyos problemas quiere detectar el especialista.
- Oclusal. Son las empleadas para observar el desarrollo de un arco dentario completo, por lo que son fundamentalmente aplicadas a niños.
Las radiografías dentales son, pues, una herramienta fundamental para el diagnóstico. En nuestra clínica, contamos con los mejores especialistas radiológicos, y con las más avanzadas técnicas, como el TAC computerizado de baja radiación.