¿Alguna vez te ha pasado que estabas comiendo tu plato favorito y, de repente, te has dado cuenta de que tenía un sabor completamente distinto o incluso desagradable? Puede que incluso percibas un gusto metálico, amargo o rancio. Entonces, puede que hayas experimentado un trastorno del gusto llamado disgeusia.
El sentido del gusto no solo nos permite disfrutar de la comida, sino que también cumple una función clave en nuestra salud y alimentación, ayudándonos a distinguir los sabores y a detectar alimentos en mal estado.
Sin embargo, cuando se ve alterado, comer puede resultar muy frustrante o incluso afectar a nuestra nutrición. Además, aunque en muchos casos, es un problema temporal que desaparece por sí solo, en otros puede estar relacionado con enfermedades o tratamientos médicos que requieren atención.
A continuación, te explicamos qué es la disgeusia, su significado, sus causas más comunes y los tratamientos más habituales.
¿Qué es la disgeusia? Definición
La disgeusia es un trastorno del gusto que provoca una alteración en la percepción de los sabores. Las personas que la padecen pueden experimentar un sabor persistente desagradable, incluso cuando no están comiendo. Estando en algunos casos acompañado por una sensación de ardor en la boca.
El gusto es una combinación de diferentes elementos: los sabores básicos (dulce, ácido, amargo, salado y umami), la textura de los alimentos e incluso la temperatura. Pero el olfato también está muy relacionado con la percepción de los sabores.
Por eso, muchas veces aquellos que creen haber perdido el sentido del gusto en realidad lo que han sufrido es una alteración en el olfato.
Las alteraciones del gusto pueden clasificarse en distintos tipos:
- Hipogeusia: reducción de la capacidad para percibir los sabores.
- Ageusia: pérdida total del sentido del gusto (menos frecuente).
- Disgeusia: alteración en la percepción de los sabores, incluso sin estar comiendo.
Disgeusia: causas más comunes
La disgeusia puede estar relacionada con diferentes causas, desde infecciones hasta efectos secundarios de medicamentos.
1. Medicamentos
Algunos fármacos pueden modificar la percepción del gusto, dando lugar a un sabor metálico o desagradable en la boca. Entre los más comunes encontramos:
- Antibióticos: como la claritromicina o la tetraciclina.
- Antihistamínicos: utilizados para tratar alergias.
- Medicamentos para la presión arterial: como los inhibidores de la ECA.
- Antidepresivos y quimioterápicos: que afectan la regeneración celular, incluyendo las papilas gustativas.
2. Mejora de la higiene bucal
Si la alteración del gusto tiene un origen bucal, es recomendable acudir al odontólogo para que realice una valoración detallada. Algunas condiciones como la gingivitis, las caries, la acumulación de placa bacteriana o la presencia de infecciones pueden influir en la percepción de los sabores.
3. La alimentación
El tipo de alimentos que se consumen puede influir en la intensidad con la que se perciben los sabores. Dietas ricas en azúcares, grasas o sal pueden modificar los receptores gustativos, haciendo que ciertos sabores sean más intensos o menos apreciables.
Por ejemplo, el consumo constante de alimentos procesados o con altos niveles de azúcar puede generar una adaptación en las papilas gustativas, disminuyendo la capacidad para disfrutar de sabores más sutiles o naturales.
4. Suplementos nutricionales
Si la disgeusia está relacionada con una deficiencia de vitaminas o minerales, es importante consultar a un especialista para determinar si es necesario complementar la dieta con:
- Zinc: un mineral esencial en la regeneración celular y el funcionamiento de las papilas gustativas.
- Vitamina B12: fundamental para el sistema nervioso y la percepción sensorial.
- Ácido fólico: contribuye al mantenimiento de las células del sentido del gusto.
5. Terapia de estimulación del gusto
En algunos casos, los médicos pueden recomendar ejercicios de reeducación sensorial para ayudar a recuperar la percepción del gusto. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Probar distintos sabores (dulce, salado, amargo, ácido y umami) de manera progresiva para estimular las papilas gustativas.
- Realizar ejercicios con olores intensos para reforzar la conexión entre el sentido del olfato y el gusto.
- Seguir un programa personalizado de estimulación gustativa diseñado por un especialista en caso de pérdida severa del gusto.
Disgeusia: tratamiento más habitual
El tratamiento de la disgeusia depende directamente de cuál sea la causa. En algunos casos, la alteración desaparece por sí sola, pero en otros es necesario un tratamiento específico.
1. Identificar y tratar la causa subyacente
Lo primero que debes hacer es acudir a un médico para determinar el origen del problema. Si la disgeusia está relacionada con un medicamento, el especialista puede cambiar la dosis o recetar un fármaco alternativo.
Si se debe a una infección, tratar la enfermedad de base (como una sinusitis o resfriado) suele ayudar a recuperar el sentido del gusto.
2. Mejora de la higiene bucal
Si el problema tiene un origen bucal, el odontólogo puede recomendar tratamientos específicos.
- Cepillarse los dientes y la lengua después de cada comida.
- Usar enjuagues bucales sin alcohol.
- Mantenerse hidratado para evitar la sequedad bucal.
- Realizarse una limpieza dental profesional.
3. Ajustes en la alimentación
Incluir ciertos alimentos y evitar otros puede mejorar la percepción de los sabores:
- Añadir especias y hierbas aromáticas, como el jengibre, la menta o el romero, para intensificar el sabor de los alimentos sin necesidad de recurrir al exceso de sal o azúcar.
- Consumir alimentos con diferentes texturas, como frutas crujientes, frutos secos o alimentos cremosos, para estimular las papilas gustativas de diferentes formas.
- Reducir el consumo excesivo de azúcar y sal, ya que su abuso puede afectar la sensibilidad de las papilas gustativas y reducir la capacidad para distinguir otros sabores.
4. Suplementos nutricionales
Si la disgeusia está relacionada con una deficiencia de vitaminas o minerales, un especialista puede recomendar suplementos de zinc, vitamina B12 o ácido fólico.
5. Terapia de estimulación del gusto
En algunos casos, los médicos pueden sugerir técnicas para reentrenar las papilas gustativas, como probar distintos sabores y olores de forma progresiva.
En definitiva, aunque es cierto que la disgeusia puede ser bastante frustrante, en la mayoría de los casos tiene solución, por lo que, con el tratamiento adecuado, podrás recuperar el sentido del gusto.
Por eso, si últimamente has notado algún cambio en la percepción de los sabores, ¡no lo ignores! Acude a un especialista para encontrar el tratamiento adecuado y volver a disfrutar de la comida como antes.