El bruxismo es el curioso nombre con el que se denomina a una patología asociada a la dentición y a su desgaste anómalo. El desgaste por bruxismo representa un deterioro de la superficie superior de las piezas dentales como resultado de una presión constante e inconsciente entre las zonas de contacto.
Cuando el desgaste se produce durante el descanso de la noche, se denomina bruxismo del sueño y se considera un movimiento asociado al sueño que se relaciona con otros trastornos como las apneas o los ronquidos.
El bruxismo leve en ocasiones no requiere tratamiento. Sin embargo, en algunas personas este trastorno puede desencadenar problemas en la mandíbula, frecuentes dolores de cabeza y daños serios en las piezas dentales.
Síntomas
La sintomatología del bruxismo es muy diversa. Síntomas avanzados del bruxismo son unos reveladores dientes extrañamente aplanados, astillados, fracturados o sueltos, con esmaltes gastados. El rechinar de dientes asociado a la presión de la mandíbula puede llegar incluso a despertar a la pareja con la que duerme la persona afectada.
También son síntomas de la existencia de bruxismo los señalados dolores que pueden revelarse al masticar, con una acusada hipersensibilidad en la boca, cuando se aprecian cortes en la lengua o dolores de oído que se asocian a problemas de audición pero que están relacionados con una tensión excesiva y continuada de los músculos de la mandíbula y de la cara.
Vistos los síntomas, hay que ponerse en manos del especialista médico para atajar a tiempo las causas y, en su caso, detener el desgaste acelerado de las piezas dentales.
Origen
El origen del bruxismo también es múltiple, pero no hay duda de que, o bien es de naturaleza física, o de raíz psicológica. Entre estas últimas están los estados de nerviosismo y ansiedad, situaciones estrés y de de tensión que acompañan a sentimientos como los de ira o de frustración. El bruxismo se deja notar también en personas hiperactivas o muy competitivas y hasta agresivas que derivan sus tensiones emocionales sobre la musculatura de las mandíbulas y sobre los dientes.
Entre los desencadenantes físicos del bruxismo encontramos las malas alineaciones de las piezas dentales superiores e inferiores, lo que se conoce como maloclusión. En el caso de los niños pequeños, también puede ser la respuesta a dolores de oído o de la dentición.
Uno de los enfoques más comunes para abordar el bruxismo desde el punto de vista de la salud dental y cuando la patología necesita de una atención urgente es incorporar al tratamiento férulas, protectores bucales o diferentes correctores dentales que ayuden a reducir el contacto de los dientes en la fricción involuntaria y a alinear correctamente el encaje de los dientes cuando ése es el origen del problema. En nuestra clínica dental de Madrid estamos a su entera disposición para cualquier pregunta relativa al bruxismo.