El esmalte dental dañado es uno de los principales problemas de la salud dental de muchos pacientes, y puede ocasionar graves complicaciones posteriores si no se trata con prontitud y eficacia. El esmalte de los dientes es una capa protectora absolutamente esencial para nuestra salud bucodental. En el momento en que se deteriora, es cuando esta se ve seriamente amenazada.
El esmalte dentario se compone el material más fuerte y resistente producido por nuestro organismo, y que recibe el nombre de hidroxiapatita o hidroxilapatito. Está formado por fosfato de calcio cristalizado, y que de ello constituye el 99% del calcio de nuestro cuerpo. Cuando se deteriora, y por lo tanto deja nuestras piezas dentarias desprotegidas, una de las mejores soluciones es crearlo sintético, pues se está experimentando aún con la posibilidad, por cierto que nada remota, de crear hidroxiapatita artificial.
Por debajo del esmalte, se halla la dentina y la pulpa del diente. Cuando, por ejemplo, un deterioro bacteriano como es la caries llega hasta la pulpa dentaria, puede llegar a ocasionar la pérdida irreversible del diente, si es que no también graves complicaciones periodontales, que a su vez pueden dar lugar, incluso, a complicaciones cardiovasculares. La salud bucodental puede ser un castillo de naipes si no sabemos cuidarla. Y ello comienza por el perfecto estado del esmalte.
Regenerar el esmalte dental, y qué es lo que lo perjudica
Antes de regenerar el esmalte dental, lógicamente lo más aconsejable es prevenir los daños. Para ello, es necesario que sepamos qué es lo que perjudica al esmalte de los dientes:
- Principalmente, los alimentos ricos en azúcares, pues estos se convierten en ácidos en contacto con la saliva, y generan una placa bacteriana que va corroyendo el esmalte. Por eso, el alto consumo de azúcar constituye también un serio peligro para la salubridad dentaria, una de las causas fundamentales del esmalte dental dañado.
- Los ácidos que contienen otros alimentos y bebidas, tales como los cítricos o el café, o los que contiene el tabaco, también pueden dañar el esmalte.
- Una deficiente salud dental asimismo puede dar al traste con esta capa de hidroxiapatita tan importante. Hemos de cuidar hasta los rincones más aparentemente inaccesibles, empleando, además del cepillo convencional, cepillos interdentales o hilo dental, así como colutorio bucal, que nos ayude a una limpieza completa. Además, es necesario acudir al menos una vez al año al odontólogo para que este nos practique una limpieza en profundidad con instrumental profesional. De lo contrario, si una incipiente caries no es detectada y erradicada, destruirá el esmalte y podrá llegar hasta la pulpa, lo que provocará dolores y complicaciones más o menos graves al paciente, y hará necesario el uso de antibióticos.
Además, hay que recalcar que la pérdida de esmalte provoca mayor sensibilidad de los dientes, por lo que comer y beber (sobre todo bebidas frías, helados, etc) se hace mucho más molesto. Por otra parte, esta degradación de la capa protectora superficial de los dientes produce que estos se decoloren, con efectos estéticos muy negativos.
No obstante, para tratar esta pérdida que tales disgustos nos puede ocasionar, pueden aplicarse tratamientos para remineralizar la dentadura. De hecho, los profesionales odontológicos pueden aplicar a nuestra dentadura dañada agentes químicos remineralizadores del esmalte, que le harán recobrar su perdido esplendor y su incontrastable resistencia. Ello va en dependencia también del grado en que se haya acidificado la saliva, pues esta es de por sí un agente remineralizante natural, y su pérdida de PH hace que dañe el esmalte en lugar de contribuir a vigorizarlo.
Regenerar el esmalte dental ha de ser una tarea en manos de profesionales cualificados y especializados. Ellos te ayudarán a recobrar la protección de tus dientes.