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Herpes labial: causas y tratamiento

El herpes labial es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo y que se manifiesta en forma de pequeñas ampollas dolorosas en los labios y el contorno de la boca, provocadas por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). 

Si alguna vez has sufrido un brote de herpes labial, sabrás lo incómodo y doloroso que puede llegar a ser. Pero además, puede llegar a influir incluso en nuestra autoestima y bienestar general. 

La cuestión es que, aunque se trata de un problema relativamente frecuente, muchas personas no saben por qué se producen ni cómo eliminarlos. Por eso hoy, en Clínica González Baquero, queremos explicarte cuáles son las causas que desencadenan estos brotes y las opciones de tratamiento disponibles, de manera que puedas aliviar los síntomas y reducir la posibilidad de que vuelva a producirse.

¿Qué es el herpes labial?

El herpes labial es una infección viral causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). Este virus se transmite a través del contacto directo con una persona infectada, ya sea a través de los besos, compartir vasos y cubiertos, o el contacto con superficies contaminadas. 

Aunque las ampollas también pueden presentarse en otras áreas de la cara, los lugares más habituales son los labios y alrededor de la boca. Normalmente, suelen evolucionar a partir de pequeñas protuberancias rojas, que se convierten en vesículas llenas de líquido. Con el tiempo, estas vesículas se rompen, formando costras que acaban cayéndose. El ciclo completo de un brote puede durar entre una y dos semanas. 

Pero, además de las ampollas, también es común experimentar otros síntomas como ardor, picazón y enrojecimiento en la zona afectada.

El problema es que el virus puede permanecer en el cuerpo en estado latente después del primer episodio, lo que significa que, aunque las ampollas se curen, el virus continúa presente en el sistema nervioso, pudiendo volver a reactivarse en el futuro y dar lugar a brotes recurrentes.

Herpes labial: causas más habituales

Las causas del herpes labial pueden ser muy variadas. Aunque el principal responsable del herpes labial es el VHS-1, también hay otros factores que pueden desencadenarlo y dar lugar a brotes posteriores:

Estrés

¿Alguna vez has notado que tus brotes coinciden con momentos de mucho estrés en tu vida? El estrés emocional y físico es uno de los factores más habituales. La ansiedad y la tensión pueden debilitar el sistema inmunológico, haciendo que el virus se reactive. El estrés puede estar causado por diversos factores, como dificultades personales, problemas laborales o sucesos emocionales importantes. 

Exposición al sol

La exposición excesiva al sol puede dañar la piel y debilitar el sistema inmunológico, facilitando su reactivación. Los rayos ultravioleta pueden desencadenar un brote en personas tendentes a ello, por lo que es recomendable utilizar protector solar en los labios y en el contorno para protegerte de los efectos dañinos del sol y reducir el riesgo de brotes.

Cambios hormonales

Los cambios hormonales, como los que se producen durante el ciclo menstrual o el embarazo, también pueden afectar al equilibrio del sistema inmunológico, favoreciendo la aparición de brotes. Con lo cual, si experimentas brotes recurrentes en momentos concretos del ciclo, puede que la causa sean los cambios hormonales.

Enfermedades y fiebre

Las enfermedades, especialmente aquellas que están relacionadas con la fiebre, pueden desencadenar brotes. La fiebre puede estresar el cuerpo y alterar el equilibrio del sistema inmunológico, favoreciendo la reactivación del virus. 

Lesiones en los labios

Cualquier tipo de lesión en los labios, ya sea por un golpe, una quemadura o una irritación, puede desencadenar un brote de herpes labial. Las lesiones pueden afectar a la salud de la piel y permitir que el virus se reactive. Por eso, es muy importante cuidar adecuadamente cualquier herida que pueda aparecer en la zona de los labios.

Herpes labial: tratamiento más eficaz

El tratamiento del herpes labial puede ser distinto en función de la severidad del brote y de la frecuencia con la que se produzcan. Algunas de las opciones más eficaces son las siguientes:

Tratamientos antivirales

Los tratamientos antivirales son la opción más eficaz para tratar el herpes labial, especialmente cuando se administran al inicio de un brote. Medicamentos como el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir pueden ayudar a reducir la duración y la severidad de los brotes. Estos medicamentos suelen estar disponibles en forma de cremas tópicas o tabletas orales. 

Medicamentos 

Algunos medicamentos también pueden ayudar a aliviar los síntomas del herpes labial, especialmente las cremas que contienen docosanol, que pueden reducir la duración del brote si se aplican al primer signo de infección. Pero los analgésicos tópicos también pueden ser muy efectivos para aliviar la incomodidad y el dolor. 

Remedios caseros

Los remedios caseros pueden complementar los tratamientos médicos y proporcionar alivio adicional. Entre los más populares se encuentran las compresas frías, que pueden reducir el dolor y la inflamación, y el aloe vera, que tiene propiedades calmantes y puede acelerar la curación. Pero aplicar aceite de coco también puede ayudar a mantener la piel hidratada y evitar que se formen costras secas. 

Ven a la Clínica Dental González Baquero para tratar tu Herpes Labial

En conclusión, aunque el herpes labial puede ser una afección incómoda y persistente, saber cuáles son sus causas y los tratamientos más efectivos pueden ayudarte a reducir el impacto de los brotes y volver a lucir una bonita sonrisa. 

Además, no olvides que la prevención es clave para reducir la frecuencia de los brotes. Algunas de las medidas que puedes tomar en este sentido incluyen mantener una buena higiene personal, evitar el contacto directo con personas infectadas y utilizar protector solar en los labios para protegerte de la exposición al sol. 

Es importante aprender a gestionar el estrés y llevar un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico. En cualquier caso, recuerda que siempre es recomendable consultar con un profesional para que pueda prescribirnos la mejor solución en nuestro caso.

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