Según un estudio publicado en el diario de “Odontología Comunitaria y Epidemiología Bucal”, la salud bucodental tiene una estrecha relación con el entorno familiar, no sólo en el aspecto genético, sino también en factores que van desde hábitos de vida, ambientales o nutricionales. De ahí que los especialistas en odontología tengan en cuenta todos esos factores para considerar una salud bucal de calidad.
En los años 70 varios investigadores neozelandeses pusieron en marcha un estudio de seguimiento muy interesante a 1037 personas, desde que nacieron hasta 32 años después que fueron entrevistados a ellos y a sus padres. El estudio arrojó datos muy importantes. Las personas que no habían perdido ninguna pieza dental, o muy pocas, se les consideró con un riesgo bajo para las afecciones dentales, sin embargo, aquellos que tenían padres que habían perdido dientes, estaban en la categoría de riesgo alto.
Un 41% de los entrevistados estaban dentro del grupo de alto riesgo, no sólo por ser más propenso a perder piezas dentales, sino también por la caries u obturaciones. Esto también se mantuvo cuando la información estaba sólo disponible por uno de los padres. De tal forma que los investigadores anularon los efectos de factores que afectan la salud oral como pueden ser el sexo, los niveles de placa bacteriana, los ingresos y la frecuencia de visitas al dentista.
Las conclusiones de este estudio son muy claras. La familia y la salud bucodental de los padres está estrechamente relacionada con la salud oral de los hijos, incluso cuando llegan a ser adultos. Factores como la genética, la situación socioeconómica de la familia (acceso a servicios odontológicos), o una combinación de ambos, pueden influir también de manera decisiva para tener unos dientes sanos y fuertes. Pero sin duda lo más importante para los niños es crecer en un entorno familiar que se preocupa por una buena higiene bucodental, por visitar periódicamente a los especialistas y por promover hábitos de nutrición y prevención adecuados para cada edad.
Sin duda esa es la mejor receta para que las afecciones bucales se reduzcan de manera considerable y en edades adultos se disponga de una dentadura fuerte y sin problemas. Esperemos que los padres sean conscientes de la importancia de inculcar a los niños esos hábitos tan necesarios para una buena salud bucodental.