La osteoporosis es una dolencia cada vez más extendida en la población española y supone una pérdida de densidad ósea que deja el hueso en un estado de fragilidad muy importante, aumentando por tanto la posibilidad de fracturas o fisuras y la inseguridad del paciente en cualquier movimiento que haga. En el caso de la mandíbula, esta afección puede ocasionar dolencias importantes, provocando en muchos casos la pérdida de piezas dentales.
Hay pacientes que creen que el hueso de la mandíbula es diferente al resto de los huesos del cuerpo, pero esto no es así y mediante radiografías dentales podemos saber si se ha producido una disminución de la densidad ocasionada por la osteoporosis. Normalmente los especialistas disponen de radiografías de diferentes años para poder comparar la evolución del hueso.
La salud bucodental cobra especial importancia en este aspecto porque está demostrado que cuanto mejor es el estado de la boca, menores son las probabilidades de perder densidad ósea. Sin embargo si hay una extracción o la pérdida de una pieza dental por distintas razones, sí que puede derivar en una pérdida de hueso mandibular.
Si la osteoporosis está instalada en el hueso del paciente las consecuencias por la pérdida de densidad pueden ser muy variadas. Desde el desajuste de dentaduras, pasando por la dificultad de conservar los implantes dentales ya colocados, e incluso un cambio en la fisonomía de la cara, dependiendo del grado de la enfermedad.
Existen medicamentos como los bisfosfonatos para frenar el proceso de la osteoporosis, pero se trata de una afección degenerativa y por tanto sólo se puede ralentizar el deterioro de los huesos, nunca neutralizar, por tanto el paciente debe saber los efectos que puede encontrarse en su salud bucal durante el transcurso de la enfermedad. La terapia de estrógenos y la calcitonina son tratamientos que se suelen utilizar para este propósito. Los profesionales siempre indican que al primer síntoma de osteoporosis es importante comenzar a tomarlo para que los resultados sean más eficaces a largo plazo.
Los pacientes siempre exponen su preocupación ante el riesgo de desarrollar osteoporosis, sobre todo si hay una predisposición genética. Una dieta equilibrada y rica en magnesio, colágeno, calcio y vitamina D, sin duda es una buena opción para intentar evitar la aparición de la osteoporosis. Si se crean los hábitos adecuados desde la infancia habrá menos probabilidades de desarrollar la enfermedad. Por otro lado, la práctica de ejercicio de manera regular también beneficia el estado de salud de los huesos y, como siempre, no descuidar la higiene dental, porque es de suma importancia para que nuestra mandíbula esté en las mejores condiciones posibles.