El verano está a punto de acabar y en muchas de las clínicas dentales de Madrid, los profesionales observamos que después del periodo vacacional, muchos pacientes presentan diversos trastornos bucodentales que son consecuencia directa de una higiene dental menos intensa que la efectuada el resto del año. El hecho de estar fuera de casa más tiempo, los viajes, los cambios de rutina y las actividades lúdicas, pueden llegar a condicionar la higiene bucal y, por tanto, la posibilidad de desarrollar algún tipo de afección.
Una higiene menos regular propicia el aumento de la placa bacteriana y el riesgo de la aparición de enfermedades gingivales, el desarrollo de caries o un mayor enrojecimiento y sangrado de las encías. Los profesionales intentamos que nuestros pacientes no descuiden el cepillado de dientes diario también en vacaciones, aunque somos conscientes de la dificultad de mantener ese nivel de higiene. Pero siempre insistimos en que bajo ningún concepto se deje el cepillado de la noche antes de acostarse y el de la mañana después de desayunar, ya que son dos momentos del día donde es importante limpiar perfectamente los restos de comida para que las bacterias no proliferen por la noche, y para que los dientes estén perfectamente limpios durante el día.
En caso de que sea imposible cepillarse los dientes en estos momentos del día, se puede masticar un chicle sin azúcar para ayudar a limpiar los dientes, aunque la persona debe tener en cuenta que bajo ningún concepto debe considerarse esto como un tratamiento sustitutivo de la higiene habitual.
También es importante no dejar el uso de elementos dentales como las férulas, ya que las actividades propias de esta época del año pueden aumentar la presión ejercida en los dientes. Si se pasa mucho tiempo sin ellas pueden reaparecer los dolores maxilares y el malestar y encontrarse con la sorpresa de que no encajan como antes con la dentadura. Esto puede deberse a una posible rotación de los dientes. Pero si se utilizan con normalidad no tiene por qué haber ningún problema.
Los odontólogos también encontramos mayores problemas de sensibilidad dental en estas fechas debido a un mayor consumo de helados y bebidas frías. Esta hipersensibilidad también está propiciada por la ingesta de bebidas con un PH ácido como pueden ser zumos, refrescos o vino que pueden llegar a desmineralizar el diente. Si a esto le sumamos la falta de higiene, las bebidas frías están más en contacto con la dentina y provoca esa mayor sensibilidad al paciente.
Aunque a veces es casi imposible no tomar algún tipo de bebida fría en verano, sí es aconsejable cepillarse bien los dientes con movimientos circulares, como muy tarde una hora después de la ingesta del líquido para evitar que los dientes sufran. Esperamos que la vuelta a la normalidad sea lo más llevadera posible para todos.