Las manchas blancas en los dientes son un molesto problema estético, pero también afectan a la salud bucodental del paciente. Por ello, es fundamental que lo conozcamos y sepamos afrontarlo y solventarlo con ayuda de un especialista. Hay diversos motivos por los que pueden aparecer tales manchas, que han de suponer, cuando menos, una alerta para nuestra salud. Razones como el exceso de flúor, la pérdida de calcio o descalcificación, etc.
Por otra parte, hemos de tener muy en cuenta que las manchas en los dientes son de muy variada coloración, y se deben a las más diversas causas. Veamos estos tipos de manchas y los motivos por las que surgen.
Manchas en los dientes: tipos y causas
Los especialistas hablan de dos modalidades generales de manchas en los dientes:
- Intrínsecas. Son las que, según su naturaleza, se pueden clasificar en congénitas, o bien adquiridas (preeruptivas, y posteruptivas). De entre las preeruptivas (anteriores al crecimiento del diente) las más habituales son debidas al uso de enjuagues a base de tetraciclinas. Y, entre las posteruptivas (posteriores al surgimiento de la pieza dentaria) las más frecuentes son las que se deben a golpes o traumatismos, y a la necrosis del tejido dental. Estas son las llamadas coloraciones.
- Extrínsecas. Son pigmentaciones que aparecen en la superficie dentaria, y que provienen de una mala limpieza bucodental, malos hábitos alimentarios, o el uso de enjuagues a base de clorhexidina. Estas son las llamadas tinciones, o sea: manchas, y por lo tanto son las que nos interesan aquí.
Podemos hablar de los siguientes tipos de tinciones o manchas dentales, según su coloración y causas específicas:
- Manchas verdes. Al igual que las manchas blancas en los dientes se deben a causas infecciosas. Aparecen a causa de hongos Aspercillus o Penicillium en la pubertad o adolescencia, y pueden eliminarse fácilmente con un buen cepillado o el uso de copas de goma (instrumento empleado para pulir la superficie de los dientes). Estos bacilos producen un pigmento en la boca llamado fenacina, y que se caracteriza por su color verde.
- Manchas negras. Provocadas por la bacteria Actinomyces, que produce sulfuro de hidrógeno, y al reaccionar con las sales ferrosas de los alimentos, produce a su vez sulfato férrico, de color negruzco. Se trata, pues, de manchas producidas por una infección debida a sedimentos alimentarios que restan en la superficie de los dientes por un mal cepillado, y, en definitiva, mala limpieza bucodental. Por su aspecto, pueden asemejarse mucho a la caries. Como se trata de manchas muy adherentes, no pueden ser eliminadas por el cepillado normal, y aquí se hace necesaria la intervención de un especialista odontológico.
- Manchas amarillo-naranjas. Son causadas por las bacterias Serratia marcescens y Flavobacterium lutescens. Son causadas por los alimentos ácidos, y también por los cepillados demasiado agresivos cuando un paciente sufre bruxismo. Pueden ser eliminadas con un buen cepillado dental.
- Las manchas blanco-amarillas o albas, producidas por depósitos blandos en los dientes, a su vez provocados por una mala higiene dentaria o bien una pésima alimentación.
- Las manchas blancas. Pueden deberse a factores diversos: descalcificación, exceso de flúor, o bien mala mineralización cuando se está formando la pieza dentaria. También pueden ser desencadenados por el hecho de que el organismo no haya absorbido los minerales necesarios para una correcta y equilibrada nutrición.
Las manchas blancas en los dientes pueden combatirse de diversas maneras:
- Se eliminan las capas superficiales defectuosas del esmalte dental por medio de la llamada microbrasión.
- Carillas, o prótesis de porcelana.
- Fluoruro aplicado específicamente en los dientes con manchas blancas.
- Blanqueamiento de los dientes.
Las manchas blancas en los dientes deben ser combatidas y prevenidas tanto con el tratamiento adecuado, como con una correcta nutrición. En la Clínica Dental González Baquero sabemos tratar este problema con un tratamiento eficaz.