Los retenedores son uno de los elementos fundamentales de la ortodoncia, pues permiten mantener la corrección dental, por lo que es preciso conocerlos si vamos a realizar este tipo de tratamientos. Su objetivo primordial es reducir al mínimo aquellos movimientos dentales que han de tener lugar, pues supondrían un retroceso en toda regla del tratamiento ortodóntico.
Hemos de tener muy presente que los dientes siempre tienden a regresar a su posición original, por lo que es indispensable retenerlos durante un determinado periodo de tiempo, para así evitar que el tratamiento corrector haya sido en vano.
El retenedor dental: en qué consiste
Estos elementos ortodónticos son fundas o férulas que se sitúan en las líneas dentarias para evitar que las piezas retornen a su posición inicial. Pero esencialmente desempeñan una serie de funciones aparte de las reseñadas:
- Evitar que los tejidos periodontales y de las encías resulten afectados por el movimiento no deseado de las piezas dentarias.
- La propia posición de los tejidos blandos produce una tendencia de las piezas a recaer.
- Además, pueden producir otras alteraciones en el alineamiento dental como consecuencia de otros múltiples factores, tales como el crecimiento.
Sin embargo, cuando los dientes no se hallan en una posición inestable, no es necesario el uso de los retenedores. Y si, por razones del tejido blando, periodontal y gingival, el diente continúa permaneciendo inestable, la retirada paulatina de estas férulas no es posible todavía, pues resultaría contraproducente.
Tipos de retenedores dentales
Asimismo, también hemos de conocer los variados tipos de retenedores dentales que existen actualmente en el mercado:
- Hawley. Se trata de una placa de material acrílico cuyos soportes son de metal. Poseen la muy útil y grata peculiaridad de que son removibles, y de muy fácil utilización, si bien es preciso adaptar inicialmente el habla por ciertas dificultades que pueden experimentarse al comienzo de su instalación. No obstante, es muy fácil acostumbrarse a ellos transcurridos tan sólo unos tres días como mucho.
- Acetato. Es quizá el tipo más habitual y frecuente. Se trata de férulas de plástico transparente que resultan harto estéticas por su mayor invisibilidad, por lo que eluden este inconveniente. No es un material plástico cualquiera, sino uno que une la flexibilidad a la resistencia, y de este modo mantener a los dientes en la posición correctora sin asimismo ocasionar molestias al paciente.
- Circunferencial. Son aquellos en que los componentes de metal cercan los dientes. Así puede mantenerlos en su posición idónea. Son especialmente indicados por los especialistas odontológicos para los casos de más señalada complejidad.
- Fijo. Es aquel que va unido al diente con un cemento especial. Requieren de un especial cuidado en el aspecto higiénico. No deben descuidarse, porque ello traería consigo secuelas tales como la pérdida de la correcta alineación dental o la acumulación de placa bacteriana. Son invisibles, no entorpecen el habla ni tampoco la práctica de instrumentos musicales, y pueden ser utilizados muchos años después del tratamiento, por lo que son los de mayor calidad y más ventajosos.
Los retenedores de ortodoncia: cuánto tiempo han de usarse
Además, hay un tiempo en que es preciso llevar los retenedores de ortodoncia, y este tiempo varía según las circunstancias concretas y específicas de cada paciente:
- Si la persona está en periodo de crecimiento o experimenta problemas de inestabilidad de las piezas dentales, deberá emplear el retenedor dental durante varios años, o incluso de forma permanente.
- En casos de menor relieve, es posible utilizar el retenedor sólo durante un determinado periodo de meses, y posteriormente usarlo sólo para dormir.
Los retenedores dentales se limpian, o bien con un cuidadoso cepillado, o bien, si son removibles, con agua tibia y jabón neutro.
En la Clínica Dental González Baquero somos especialistas en retenedores para tu mayor bienestar y mejor mantenimiento y conservación de tu ortodoncia.