¿Alguna vez has sentido que la mandíbula se te queda rígida o que te cuesta abrir la boca después de una visita al dentista o una lesión en la cara? Lo más probable es que sean síntomas relacionados con el trismus dental, una afección que puede limitar el movimiento de la mandíbula y provocar molestias al intentar hablar, comer o simplemente abrir la boca.
Aunque suele relacionarse con ciertos procedimientos dentales, como la extracción de las muelas del juicio o una cirugía dental, también puede aparecer por otros motivos, como traumatismos, infecciones o incluso por problemas de tensión muscular.
Además, hay que tener en cuenta que, aunque en la mayor parte de los casos es temporal, puede ir acompañada de una serie de síntomas que, si no se tratan a tiempo, pueden terminar generando complicaciones más serias y llegar a interferir en las actividades cotidianas.
¿Qué es el trismus dental? Definición
El trismus dental es la incapacidad o dificultad para abrir la boca debido a la rigidez de los músculos de la mandíbula. “Trismos” es una palabra que procede del griego y significa «rechinar», relacionándose con el dolor y la tensión en la mandíbula.
Esta condición puede tener diversas causas, desde infecciones hasta trastornos musculares. Pero además, su grado de severidad puede ir desde una ligera incomodidad hasta una incapacidad total para abrir la boca.
No obstante, más allá de la propia incomodidad que puede suponer para la vida diaria, también puede ser un síntoma de problemas más serios que requieren atención médica.
¿A qué se debe la dificultad para abrir la boca? Causas más habituales
La dificultad para abrir la boca puede estar producida por diversas razones, siendo las siguientes algunas de las más habituales:
- Infecciones dentales: una de las causas más comunes del trismus dental son las infecciones bucales, especialmente las que afectan a los dientes o encías. Por ejemplo, un absceso dental puede inflamar los tejidos circundantes, causar rigidez en los músculos masticadores y provocar presión y dolor, dificultando la apertura de la boca con normalidad.
- Trauma o cirugía: un trauma en la mandíbula, ya sea por un accidente o una cirugía dental también puede causar el trismus. Lo que suele ser habitual después de procedimientos como la extracción de muelas del juicio, donde la inflamación postoperatoria puede limitar temporalmente la movilidad de la mandíbula.
- Trastornos musculares y articulares: condiciones como la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) pueden provocar dolor y rigidez en los músculos de la mandíbula. Además, trastornos como la artritis pueden afectar a la movilidad articular, dificultando la apertura de la boca.
- Estrés y bruxismo: muchas personas con bruxismo experimentan síntomas de trismus como resultado de la tensión constante en su mandíbula. El bruxismo es el hábito de apretar o rechinar los dientes. La tensión acumulada en los músculos de la mandíbula puede provocar espasmos y rigidez, limitando la apertura.
- Tumores o enfermedades sistémicas: aunque menos frecuentes, los tumores en la mandíbula o condiciones sistémicas como la esclerosis múltiple también pueden ser causa del trismus dental. En estos casos, la atención temprana es fundamental para prescribir el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida del paciente.
Síntomas del trismus dental
La identificación temprana del trismus dental puede determinar la eficacia del tratamiento y ayudar a evitar complicaciones. Los más habituales son los siguientes:
- Dificultad para abrir la boca: el síntoma más característico del trismus es la dificultad para abrir la boca, que puede variar desde una leve incomodidad al hablar o comer, hasta una incapacidad casi total. Además, algunos pacientes pueden experimentar un «bloqueo» en la mandíbula.
- Dolor en la mandíbula y los músculos masticadores: el dolor en la mandíbula y en los músculos masticadores también suele ser habitual, pudiendo además extenderse a otras áreas como la cabeza o el cuello.
- Inflamación o hinchazón: como resultado de la respuesta del cuerpo a infecciones o lesiones, la zona puede inflamarse, dificultando aún más la apertura de la boca. Llegando incluso a afectar a la apariencia facial.
- Ruidos al mover la mandíbula: debido a la tensión muscular y a los problemas en la articulación temporomandibular, algunos pacientes notan ruidos como chasquidos o crujidos cuando mueven la mandíbula, pudiendo ir acompañados de dolor.
- Cambios en la masticación y la articulación: pueden producirse cambios en la forma de masticar o de mover la boca, llevando a algunas personas a evitar ciertos alimentos o situaciones sociales.
¿Cuál es el tratamiento para el trismus dental?
El tratamiento del trismus dental depende de cuál sea la causa y de la gravedad de los síntomas. Algunas de las opciones de tratamiento más comunes son las siguientes:
- Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios: fármacos como el ibuprofeno y el paracetamol suelen usarse habitualmente para aliviar la inflamación y el dolor, facilitando la apertura de la boca. No obstante, en casos de inflamación severa, especialmente si hay una infección activa, también pueden recomendarse corticoides.
- Fisioterapia y ejercicios: la fisioterapia es clave en el tratamiento del trismus dental. Un profesional especializado puede guiar a los pacientes a través de ejercicios diseñados para mejorar la movilidad de la mandíbula, incluyendo estiramientos suaves y técnicas de relajación que ayudan a aliviar la tensión muscular.
- Tratamiento de infecciones subyacentes: si el trismus es causado por una infección, como un absceso dental, es importante tratar la infección antes de abordar la rigidez de la mandíbula. Para lo cual, es habitual que se prescriban antibióticos. Además, en casos más severos, suele llevarse a cabo un drenaje quirúrgico.
- Intervenciones quirúrgicas: en casos graves o persistentes, puede ser necesario realizar intervenciones quirúrgicas para corregir problemas en la articulación temporomandibular o liberar el tejido que está dificultando la movilidad de la mandíbula.
El trismus dental es una condición que, aunque puede parecer menor, influir negativamente en nuestra calidad de vida. Por eso, ante cualquier síntoma, es fundamental acudir al dentista para prevenir complicaciones futuras y disfrutar de una mayor calidad de vida.